20 de junio de 2011

¿Por qué las iaias son tan buenas?

El día ha comenzado con una pregunta dulce y agradecida de mi peque: "mami, ¿por qué todas las iaias (yayas) son tan buenas?". Está encantado con la suya , que lo malcría a base de bien. Pero la cosa no ha quedado ahí. He estado con mi amado Patrick y hemos tenido que pasar por casa de su abuela, a la que siento ya casi como mía porque me acoge como a una más de la familia y derrocha conmigo afecto y generosidad. Además, he visto hoy el post de una bloguera amiga de La culpa es de Milú en el que muestra unas preciosas licoreras que le regaló su abuela.

Vamos, que no he podido evitarlo, estaba predestinado, hoy tenía que hablar de mi abuela y contaros que mi devoción hacia ella era tan grande que no tiene fin y estoy segura que llegará hasta el último de mis días. ¡La echo tanto de menos! Aunque sé que está conmigo y estoy convencida de que es mi ángel de la guarda, que me cuida y me protege cada día. Espero que me guardéis el secreto.

Se llamaba, se llama María. Tenía una frondosa mata de lana plateada coronando su pequeña cabeza. Era bajita y rechoncha y andaba de forma algo renqueante, como un pingüinito, tambaleando su cuerpecillo ligeramente de lado a lado por las calles de su Zamora (la mi Zamora, decía). Me adoraba, era fan fatal de su nieta y lo remarcaba con un orgullo y una pasión que me hacían sentir grande, muy, muy grande... Cuando iba a visitarla me paseaba por las calles zamoranas más centricas para presumir de nieta, y de nieto también, de camino hacia el mercado en el que nos compraba verduras y carne de primera y algún que otro capricho. Luego preparaba unas ensaladas, un pollo guisado y un arroz con leche que nunca dejaré de echar en falta.
En su casa compartíamos cuarto. Siempre tenía en la garganta una especie de tosecilla-carraspera y el carácter independiente dejó como huella el hábito de hablar sola y entre dientes, sobre todo a la hora del rezo antes de acostarse. Tenía una pequeña virgen en la mesita, de las que se iluminan por la noche, que guardaba sus sueños y a veces desvelaba los míos por falta de costumbre. Pero la luz me permitía comprobar que mi abuela estaba a mi lado y que al día siguiente volvería a desvivirse por la nieta más guapa y más lista del mundo.

Antes de irse, mi abuela pudo conocer a dos bisnietos, ¡qué grande! Me apena que mi peque no la recuerde, pero se la imagina tan buena como la suya por todo lo que le cuento de ella. Doy gracias porque en mi familia no ha habido más fallecimientos que los de mis abuelos. Pero con ellos he aprendido que la muerte, además de cruel, tiene un punto de absurda. Cruel porque se lleva a alguien que estimas y que necesitas..., absurda porque en realidad no se lo lleva. Mi abuela, mi María, sigue en mí.

2 de junio de 2011

La culpa... pierde el "sentío"

Espero que recordéis, quienes seguís a La culpa es de Milú desde su (cercano) inicio, un post en el que os hablaba de "Un pedacito del paraíso". Por si acaso os refresco la memoria. Contaba en él que descubrí un rinconcito maravilloso, lleno de encanto, en el puerto de Xàbia (Jávea). Un rinconcito que despertó mi imaginación y provocó en mí la necesidad de encontrar a alguien interesante con quien compartirlo, convirtiéndolo en una cálida estampa intimista. Inteligente, atractivo, sensible, conversador y ¡¡fumador!! eran las condiciones para considerar al sujeto como interesante. Y destaco lo de fumador porque, sin saber el porqué, el rinconcito mágico de Xàbia me llevó a desear una velada entre humos, brisas y salitres.

Quiero confesar, con una gran dosis de rubor y de desconcierto, que lo he encontrado. Bueno, más bien ha aparecido. Si no fuera porque tiene un aspecto muy, pero que muy masculino, os diría que ha surgido de las aguas, como las sirenas. Y me siento frágil, desorientada...

Me veo torpe en estas lides. Creo que me costaría incluso escribirle. ¡Hablar se me da tan mal! No os lo podéis ni imaginar. Me habla y no sé qué decirle, ni cómo ponerme para no parecer tonta, que lo parezco, seguro. No soy capaz de centrarme en sus palabras porque tengo que invertir todas mis fuerzas en evitar que mis ojos se pierdan en su mirada, en mantener la distancia, en acallar mis deseos, casi en vano...
Me concentro en mis sentidos, creo que me palpitan hasta las pupilas. No sé qué hacer para no preguntarme cómo serán las caricias de esas jóvenes manos, para no preguntarle si vendría conmigo a un rincón mágico, para no anhelar el roce de sus labios.

Me siento frágil, desorientada..., y dichosa. La suerte me acompaña, estoy segura. Pocas veces en la vida te encuentras con un hombre atractivo, sensible, tímido, alegre y reflexivo que te altera todos los sentidos.


Si la diosa Fortuna me sigue sonriendo, puede que algún día el eco de mi risa resuene en el paraíso. ;)

1 de junio de 2011

Sorteo en Ministry of deco

¡Hola!

En el blog Ministry of deco mi amiga Elena ha puesto en marcha un sorteo de joyitas de La culpa es de Milú. Os animo a tod@s, sin excepción, a que os paséis por él y os informéis de cómo podéis ganar el premio, que son dos sortijas, una pulsera y un broche ideales para lucir en lo que nos queda de primavera y en los días y noches del tan esperado verano (a la vuelta de la esquina ya, no desaniméis).

Pues eso, no lo dudéis, visitad Ministry of deco y, además de poneros al día en cuanto a todo lo que se refiere a la decoración, también podéis participar en el sorteo y conseguir (by the face ;)) unas piezas de bisutería artesana.

Ea, que haya suerte. Y, a l@s recién llegad@s, gracias por la visita, espero que no sea corta.
http://ministryofdeco.blogspot.com/2011/06/sorteo-en-el-blog.html